lunes, 11 de julio de 2011

Dolores lunático.


Por María Sol Scaglia.

Era de noche y estaba en la vereda con mis amigas, charlando y tomando terere. Hacía mucho calor, estábamos esperando que sean las doce para festejar el cumpleaños de Ro, había estado de viaje tres meses, recorrió Europa de punta a punta y volvió para festejar su cumpleaños y pasar el verano con nosotras y su familia, estábamos muy contentas.
Rosario estaba estudiando turismo, y siempre viajaba, tres de nosotras estudiábamos en La Plata, Blanca, Juana y Camila, cinco en Buenos Aires, la viajera, Pilar, Valeria, Fernanda y yo. Nos pusimos de acuerdo para encontrarnos en Dolores, y estábamos pasando unos días hermosos, íbamos al club, salíamos a cenar, salíamos a la noche, teníamos fiestas con nuestros ex compañeros, se acercaba la navidad y a mí me daba la sensación que era la época más linda, y la más rara…
Se hicieron las doce cantamos el feliz cumpleaños, comimos torta y salimos caminando para el centro, habíamos alquilado un club e invitamos a todos nuestros amigos para festejar. A las tres íbamos a ir al boliche.
Terminó la fiesta y salimos caminando comentando lo bien que lo pasamos, Rosario estaba muy agradecida de lo que habíamos organizado.
Miren la luna, dijo Ro, instantáneamente Pilar dijo lo mismo, una mirando al este y otra al oeste, nos quedamos perplejas con lo que veíamos, si, si, DOS LUNAS ¿Dos lunas? Creo que tomamos unas copas de mas chicas, esto no puede estar pasando.
La gente miraba hacia el cielo con la mirada perdida, sorprendidos, asustados con lo que pasaba. Ahí, recién ahí, comprobé que no estábamos locas, dos lunas en el cielo. Nada podía explicar este fenómeno, no llegamos al boliche, nos quedamos en la plaza central mirando este increíble espectáculo sobrenatural, además de las dos lunas parecía que el cielo estuviera naranja.
Cuando llegue a mi casa de inmediato prendí los televisores, ocurría en todo el mundo, ningún científico explicaba esto. No había palabras para definir lo que pasaba...

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