
por Sebastián Barragán
El Mio Cid, ya en territorio enemigo, tenia que ingeniárselas para ingresar en el poblado. De mas esta decir que era uno de los mas protegidos,con murallas de la altura de tres elefantes, y custodiada por los mejores arqueros que pudiera haber en la historia.
Ya que el Mio Cid tenia tan solo un pequeño grupo de 30 hombres para ingresar en la fortaleza, tuvo que ingeniar un plan en el que dependiera mas de la astucia e inteligencia, que la cantidad de guerreros.
Primero tuvo que pensar en que manera neutralizaría a los arqueros, por eso, eligió la noche para el ataque, ya que no se le puede disparar a algo que no se ve.
El siguiente problema era encontrar la forma de ingresar. Para esto se le ocurrió tomar como rehén a un mercante, que una vez se acercara a la puerta, la abrirían y en ese momento ingresarían el Mio Cid con sus valientes hombres.
Una vez planeado todo, el Cid dividió a sus hombres en 2 grupos: uno, el que lo acompañaría a entrar en el pueblo, estaba formado por los guerreros mas experimentados. El resto atacaría a los granjeros que se encontraban apartados de la población.
Una vez caída la noche, y luego de una oración a Dios, comenzó la puesta en marcha.
Una vez que el grupo mayoritario fue hacia la zona rural, el grupo principal envió al mercante hacia la entrada.
Tal y como lo había planeado el Cid, ni bien abrieron la puerta, el y sus hombres ingresaron a la fortaleza. Pero el Cid no imagino que había tanta cantidad de enemigos, aunque esto no importo ya que la experiencia del pequeño grupo era mayor.
El Cid encabezaba al grupo, y con increíble destreza asesino a cinco guerreros juntos con tan solo el filo de su espada.
Una vez asesinados los guardias, se infiltraron en el poblado e ingresaron a un establo como escondite para que no los encuentren los soldados que habían sido alertados.
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