lunes, 11 de julio de 2011

Una cosa de no creer.


Por Camila Ibañez.
Era una noche hermosa de verano, yo estaba recostada en mi cama con la computadora, chateando con amigas y escuchando música, me acuerdo que escuchaba mi banda favorita, Las pastillas del Abuelo, amo sus letras, muchas de ellas me identifican y son muy buenas, muchos los odian, pero para mí son lo más genios que hay. Todo iba bien, mis padres habían salido a una cena con todos los otros padres de mis amigas; Karina, Pedro, Mónica, Pichón, Coca, Luis, Rosita, y bueno los otros no me los acuerdo. En eso, escucho una gran explosión que venía de afuera, pegué un salto que casi termino allá con Dios. Me asomé a la ventana y no podía creer lo que tenia frente a mis ojos, eran dos esferas gigantescas, estoy segura de que una era la luna, pero lo otro, ¿Qué era? Eran iguales, parecían clonadas. Los ojos se me llenaron de lágrimas, empecé a gritar y recorrer toda la casa en busca de no sé qué, porque no se qué era lo que buscaba en realidad, tal vez algo que me hiciera despertar de ese sueño que me parecía estar viviendo. Enseguida llame a mi papá para ver si él había visto o escuchado lo mismo que yo, y si, la explosión se había escuchado en toda la ciudad. Supuestamente en muchos lugares se había cortado la luz; en mi casa y en mi barrio tampoco.
Empecé a sacar fotos, quería que todos me creyeran lo que había visto, aunque yo creo que todos lo vieron o escucharon por lo menos, o sea, estaba en todo el cielo. Pero no salían bien asi que tuve que agarrar
Prendí el televisor y no había ninguna noticia del hecho, me pareció rarísimo. Al instante, llame a todas mis amigas para preguntarles, pero me dijeron que estaba loca; no me creían. Las hice asomarse por dos segundos a la ventana y les hice mirar detalladamente el cielo, y finalmente me creyeron, así que las convencí de que vengan hasta mi casa, porque estaba sola, y como no sabía lo que era lo que estaba viendo, tenía miedo. ¿Acaso venía el fin del mundo? ¿Eran ovnis? ¿Venían a buscarme? La idea de que me pudiera hacer daño me aterrorizaba.
Cuando las chicas llegaron, pensamos en llamar a los noticieros, porque o no había visto nada nadie, o sólo lo estábamos viéndolo nosotras. Pero necesitábamos pruebas, porque no nos creería nadie. ¿Qué fue lo que hicimos? Agarramos la cámara otra vez y empezamos a sacar fotos y grabar videos, para que con los videos no dijeran que trucamos la foto. Pero el internet no conectaba para mandarles las pruebas, entonces, para no esperar y para que no nos gane nadie con la primicia, decidimos ir todas juntas a la casa de Yesica, a unas cuatro cuadras. Corrimos como nunca en nuestras vidas, teníamos muchísimo miedo, tanto que íbamos tapadas con un acolchado, como si este pudiera protegernos de algo… Cuando llegamos a la casa de Yesi, entramos directamente a la computadora, bajamos las fotos y videos de la cámara y lo mandamos enseguida con mi número de celular para que nos llamen si les interesaba la primicia.
Esperábamos ansiosas la respuesta del director del programa, o de alguien, quien sea, solo queríamos recibir una llamada que diga “privado”, atender y que nos contrate o algo por el estilo. Mientras estábamos en la dulce espera, nos mordíamos las uñas, saltábamos, gritábamos, estábamos muy alteradas. Comenzamos a jugar a las cartas, al michigan, nos encanta ese juego, cuando escuchamos sonar mi celular; ¡NÚMERO PRIVADO! Atendí inmediatamente, estaba muy nerviosa, eran los productores del canal cinco de nuestra ciudad y nos felicitaron por la gran noticia que les habíamos entregado. Pero lo curioso es que nadie había visto nada, así que nos asomamos una vez más para verificar lo que todas habíamos visto. Pero no vimos nada, miramos hacia todos los lados posibles y de todas las maneras que se podía observar algo; no había nada, habían desaparecido.
Atinamos rápidamente a llamar a los productores nuevamente, y lo único que nos dijeron en ese momento fue: “Señoritas, ¿Ustedes no tienen nada más que hacer que molestar a gente que está en su trabajo?”. Y enseguida cortaron, no nos dejaron dar explicaciones ni nada por el estilo. Nos quedamos boquiabiertas, no podíamos creer lo que habíamos escuchado ni tampoco lo que habíamos visto, pero estábamos seguras de que había sido todo real, no cabía duda alguna. Miramos las fotos una vez más y todo seguía en su lugar. Nos decepcionamos mucho al ver que todo lo que habíamos descubierto se había esfumado vaya a saber Dios por qué.
¿Habíamos imaginado todo? No, no puede ser, nuestros padres habían visto lo mismo, y los productores del noticiero también, era todo muy raro. En ese momento se volvió cada una a su casa, con la cabeza gacha y muy desilusionada por todo lo que había pasado. Nunca averiguaremos si lo que había ocurrido fue nuestra imaginación o si había pasado realmente, y es el día de hoy que nos seguimos preguntando lo mismo, nos acordamos y sonreímos, lloramos de rabia, miramos una y otra vez as fotos de ese día y es el tema que se habla cada vez que nos juntamos como antes. Hoy, quince años después de los hechos.

No hay comentarios: